Decía que sí por más que no quisiera para no tener conflictos, no respetaba mis necesidades (ni sabía que las tenía) y vivía intentado ser lo que otros querían que fuera con tal de no perder su amor y aprobación.

Hasta una pareja llegó a manipularme tanto (dejé que lo hiciera) que estuve mucho tiempo tratando luego de volver a encontrarme y de saber quién soy, me había alejado de mi familia y amigos y se habían resentido todas mis relaciones.

Hasta que descubrí que todo lo que me pasaba tenía que ver con mi incapacidad de amarme, aceptarme y respetarme de una manera que hiciera que el resto también lo haga.

Comencé a estudiar Coaching Ontológico y a vivir un profundo proceso de reconocimiento de mí mismo.

Me animé a trabajar mis miedos, mis culpas, mis sentimientos de inferioridad e insuficiencia, mis máscaras y mis creencias limitantes para empezar a amarme, aceptarme y respetarme más.

Fui descubriendo a medida que trabajaba como Coach que la mayoría de mis coachees (clientes) tenían un problema con su autoestima o alguna parte de ella y esto era la fuente de la mayoría de sus problemas.

Es por esto que empecé a estudiar, investigar sobre el tema y compartir información y de a poco empecé a ver que no sólo ayudaba mejor a mis coachees sino y sobre todo a mí mismo.